Terminó siendo una victoria justa, apretada, sin lucir, pero los de Fernández lo justificaron por entrega y sacrificio. No le sobró nada, es cierto, fue por la mínima, como cada victoria de este cuerpo técnico, con ausencias de peso, el equipo las supo disimular y se quedó con una victoria en su cancha ante un rival difícil.
El único gol del encuentro llegó por la fórmula preferida de este elenco, la pelota parada. Desde un córner desde la izquierda, Tobio anticipó a todos, la peinó al segundo palo, fuera del alcance de Nereo Fernández. Hasta ahí, el local había hecho mejor las cosas, ante un Unión al que no le salía nada, y no podía dar dos pases seguidos, el equipo de Madelón en nada se pareció a su versión original.
La rudeza de los defensores de Central recibió merecidas sanciones del árbitro Tello, que perdonó a Cabezas, de tres intervenciones temerarias que pudieron ser expulsiones, pero no a González, que vio la roja ya estando amonestado sobre el final del primer tiempo.
En la segunda mitad, Unión se adelantó en el campo, tuvo más el balón, pero no se le cayó una idea. Central aguantó con entrega y sacrifico y se quedó con una victoria justa y necesaria.
Tuvo varios puntos altos el equipo de Fernández <que también fue expulsado en el entretiempo>, Ferrari los corrió a todos, Tobio puso solvencia y tranquilidad al fondo, Carrizo aportó ida y vuelta y Zampedri se destacó en defensa, despejando cada pelota parada, y aguantando en soledad en el área rival.
