La decisión fue defendida ayer por Héctor Daer, el representante del sector sindical moderado o dialoguista en el triunvirato de conducción de la central obrera, una estructura de mando que quedó a un paso de su final en medio del proceso de ruptura de la central obrera.
En clara referencia a Moyano, a quien sin embargo no nombró, Daer advirtió que la CGT no puede estar sometida al "capricho" o los "intereses personales" de un dirigente al momento de definir su estrategia de acción y reconoció el nuevo escenario de cisma que atraviesa la entidad.
"Nuestra posición es clara: No vamos a poner a la CGT al servicio de ningún gremio ni dirigente", remarcó el triunviro y también dirigente del gremio de Sanidad. Y añadió en la misma línea: "No se puede aceptar que alguien tenga el capricho de adueñarse de la voluntad colectiva de la CGT".