Los atacantes estaban armados. Le pusieron un buzo o una bolsa en la cabeza y lo obligaron a cambiar de auto. La secuencia fue registrada por un tercero que, sorprendido, llamó al 911. Los secuestradores llamaron minutos después a la pareja de la víctima y le pidieron inicialmente una cifra aproximada al medio millón de pesos para liberarlo sano y salvo.
Finalmente, se concretó una entrega y el joven fue liberado cerca de la 1.30 de la mañana. Pese al hermetismo de los investigadores, el monto de habría establecido en uno 10 ó 20 mil pesos. Entre la negociaciones no hubo aviso a autoridades ni intervención policial o judicial. Ya libre, la víctima se cruzó con un móvil de Gendarmería y lo llevaron a la Comisaría 29ª para formalizar la denuncia. Para ese momento, estaba visiblemente golpeado y moretoneado, sobre todo en el rostro.