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De acuerdo a la iniciativa de la doctora Ghilotti, estos centros estarán ubicados “en lugares estratégicos de la ciudad, determinados por la Municipalidad, conforme un relevamiento y estudio”.
Y agregó que cada centro contará con un director general que será elegido por concurso público de oposición y antecedentes convocado por las secretarías de Salud y de Desarrollo Social, con un director médico y un equipo interdisciplinario conformado por trabajadores sociales, médicos generalistas, acompañantes terapéuticos, además del personal de limpieza, cocina, y maestranza que sea necesario”.
“La idea –agregó la concejala- es que estos Centros de Noche funcionen los 365 días del año, y podrá acceder toda persona que acredite encontrarse en situación de calle y sea mayor de 18 años”, además –precisó- los beneficiarios deberán concurrir a los talleres de oficio, empleo y alfabetización dependientes de la Municipalidad, con el objetivo de poder lograr una real reinserción social”.
Con respecto a la edad (ser mayor de 18 años), puntualizó que la ordenanza 8156 del 2007 que regula la creación de un Centro de Noche, establece que serán recibidas personas entre 25 y 60 años, “dejando un margen etario entre los 18 y los 25 años que queda injustificadamente excluido de esa protección”.
“En la actualidad –precisó Ghilotti- la Municipalidad promociona desde su sitio web el refugio para personas en situación de calle, de Grandoli 3450, en el distrito sur de la ciudad, que se encuentra abierto entre las 20 y las 7, y sólo durante los meses de invierno. Los demás refugios que funcionan en nuestra ciudad, fruto de obras caritativas, y dependientes de la existencia de voluntarios, tampoco ofrecen alojamiento todos los días del año, sino solamente en la época invernal”.
En su proyecto, la concejala de Cambiemos destacó que “la falta de un hogar no es solo por factores sociales y económicos sino que hay una realidad personal en la que influyen diferentes elementos de vulnerabilidad que, en muchas ocasiones, se dan al mismo tiempo: la falta de una red familiar y social de apoyo, padecimiento de una enfermedad crónica o una enfermedad mental, tener una discapacidad, el abuso y adicción al alcohol u otras sustancias, la falta de ingresos económicos y de vivienda, entre otros”.
“Debido a que estas personas terminan haciendo de la calle su vivienda y carecen de oportunidades para acceder a otro tipo de vida, es necesario volcar todo el potencial disponible para tratar de recuperarlos y que este espacio no se convierta en un simple lugar de parador nocturno”, resaltó. “Estamos –concluyó la doctora Ghilotti- frente a una problemática que confrontar ejecutando la gestión asociada, abordándola desde un trabajo en red interinstitucional e intrainstitucional, no sólo desde el Estado, sino sumando también a organizaciones intermedias”.
