Al menos dieciséis palestinos murieron y cerca de dos mil resultaron heridos en la Gran Marcha del Retorno organizada por el movimiento Hamás en la frontera entre Gaza e Israel.
La reunión del consejo estaba convocada inicialmente a puerta cerrada, bajo la presidencia de turno de Holanda, pero al no alcanzarse un consenso para una declaración conjunta al final de la sesión se decidió que fuera abierta.
En su informe ante el Consejo, Zerihoun, subsecretario general de Asuntos Políticos de la ONU, hizo un recuento de los distintos informes que ha recibido Naciones Unidas sobre los disturbios y dijo que estaba revisando de cerca la situación.
“Existe el temor de que la situación pueda deteriorarse en los próximos días (…). Es imperativo que los niños no sean utilizados como objetivo”, afirmó el alto funcionario de la ONU.