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Crónicas recientes de abusos policiales dan cuenta de los excesos de poder de quienes portaban uniforme. El caso del joven Franco Casco quien había pasado por la seccional 7ª, el controvertido caso de la bibliotecaria María de los Angeles Paris que falleció dentro de las seccional 10ª, o el más reciente: la feroz paliza que sufrieron un grupo de jóvenes en las Cuatro Plazas por parte de 8 policías acusado de encerrar y golpearlos en la seccional 14ª.
La semana pasada, el gobernador firmó el decreto 289 junto al ministro de Justicia y Derechos Humanos, Ricardo Silberstein, por el cual se creó la Unidad de Prevención.
En su conformación se insta a que desde la flamante repartición se colabore en la capacitación en materia de derechos humanos, destinada a aspirantes a policías o agente que desempeñen en seguridad ciudadana.
Si bien la tarea formativa servirá de base para evitar abusos policiales, desde la Unidad se podrá colaborar en casos de violencia institucional con el Ministerio Público de la Acusación (MPA) y los Centros de Asistencia Judicial (CAJ).
Este nuevo soporte institucional servirá para fomentar la conformación de grupos de trabajo que evalúen la actuación de los agentes, funcionarios e instituciones involucradas en los procesos penales. También es atribución de la Unidad generar manuales de protocolos para las fuerzas de seguridad para garantizar el accionar efectivo de los agentes que las integran en un marco de respeto por los derechos humanos.
