El chofer del vehículo sostiene que los hombres de guardapolvo azul que abren puertas en las paradas de la terminal son quienes apuntan y marcan a los que no respetan a la cooperativa mafiosa.
El hombre contó que tras el ataque se dedicó a cambiar la luneta trasera y después radicaría una denuncia. “Todo pasa delante del personal de Servicios Públicos. Siempre van en patota. No es difícil identificarlos”, apuntó.