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Tan sólo dos días atrás Marcelo Meller, uno de los dueños de Motomel, había participado de una reunión de empresarios con los ministros Luis Caputo y Francisco Cabrera junto a CEOs y directores de grandes monopolios, bancos y medios.
Allí, los empresarios afirmaron que “hay que trabajar juntos en este cambio cultural, de mirada a largo plazo para el crecimiento, seguir transformándonos y pensar en una Argentina con inserción en el mundo y competitiva" y manifestaron su apoyo a las últimas medidas de Macri: “ir al Fondo para tener un reaseguro, frente a la crisis y la volatilidad, es el camino correcto".
A pesar de que no hay ninguna comunicación oficial de la patronal, se sabía que la empresa, que se dedica a ensamblar motos a partir de componentes importados de China, mantiene a la mayoría de sus trabajadores bajo contratos precarios llamados “a plazo fijo” que se renuevan cada 30 días.
Este fraude laboral le permite a la patronal despedir arbitrariamente sin consecuencias y recontratar a los obreros en peores condiciones. Otra de las características de la fábrica es la altísima proporción de trabajadoras mujeres en comparación al resto de las plantas metalúrgicas de la región.
Motomel había sido noticia también a partir de las inundaciones que azotaron a La Emilia el año pasado, cuando después de presionar a sus trabajadores para que ingresaran a la planta pese al nivel del agua, los obligó a seguir la producción en pésimas condiciones de seguridad e higiene. La patronal suspendió las vacaciones del personal y les aumentó los ritmos de trabajo para recuperar los días perdidos.
