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Un dato no menor es que los números dados a conocer son de los últimos días de 2017, por lo que no cuentan con la actualización de la reciente devaluación récord, la suba del dólar y la profunda pérdida de poder adquisitivo que registró el salario.
Otro dato central para conformar una idea del presente argentino es que las cifras se produjeron en el contexxto de una inflación del 25,7 por ciento en el segundo semestre del año pasado, mientras que para 2018 se espera que la inflación esté más cerca de clavarse en los 30.
El informe se realizó en base a entrevistas a unas 5.700 personas de ciudades de más de 80 mil habitantes.
En ese contexto se relevaron datos sobre alimentación, salud, hábitat, subsistencia, crianza y socialización, información, educación y trabajo entre los menores de edad.
En cuanto a la distribución geográfica, en el Conurbano Bonaerense mostró el mayor índice ya que la pobreza alcanza al 54,2% de los niños.
También el GBA es el que concentra mayor cantidad de comedores escolares y de niños que asisten a ellos para completar alguna comida diaria.
En cuanto a la viviendas en las que crecen los niños pobres de la Argentina, la precariedad marcó a casi el 25 por ciento de los chicos del país.
