Por entonces, las razones que esgrimieron las petroleras fue la convergencia de los mayores costos del sector (petróleo crudo en aumento en valores internacionales y devaluación del peso frente al dólar) y la suba de un impuesto (a los combustibles líquidos).
De esa forma, Energía no pudo respetar lo que había firmado en mayo con las petroleras: Congelar los precios por 90 días. Por entonces, el ministerio de Energía acordó con las petroleras que el siguiente aumento sería en julio, con un alza del 3%.
Cuando se difundió la pauta de aumento del 3% en julio, el dólar estaba a $ 25,40. Ahora, la divisa se ubica en un rango superior a los $ 28. Las empresas entienden que la suba del 3% ya se quedó ‘corta’, por lo que creen que la nueva gestión de Energía respetará lo firmado.