El barrionuevismo también cuestionó ante la Justicia a los apoderados de la conducción desplazada por la organización del congreso partidario que se realizará este viernes en el microestadio de Ferro. En ese contexto, los representantes del sanjuanino informaron ante el juez Ariel Lijo, subrogante de Servini, que el dinero para el evento estaba asignado desde hacía tiempo.
Por lo pronto, este miércoles el magistrado desestimó el pedido de Barrionuevo excusándose de actuar porque consideró que la cuestión de fondo, la intervención del PJ, debe ser resuelta por la CNE. Lo cierto es que el máximo tribunal electoral del país no tiene plazos para expedirse, pero voceros del cuerpo anticiparon a ámbito.com que la definición podría dilatarse.
En los últimos días desde la Cámara mostraron cierto malestar por la supuesta demora de los tiempos judiciales del expediente. Sin embargo, desde los pasillos de la calle 25 de Mayo dejaron trascender un mensaje claro para ambas partes: "No estuvimos durmiendo la causa, recién ahora estamos en condiciones de empezar a estudiarla para resolver".
Los jueces Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera tendrán que definir entonces si le dan continuidad a la intervención ordenada por Servini o si retrotraen esa decisión y le devuelven el control del sello a la conducción liderada por Gioja. Vale recordar que hace dos semanas el fiscal con competencia electoral Jorge Di Lello pidió ante la Cámara dar marcha atrás con la intervención que ahora encabeza Barrionuevo.
Si bien la decisión del funcionario no es de carácter vinculante, el dictamen del fiscal será otro de los elementos sobre el cual los magistrados tendrán en cuenta para tomar su decisión. Además, en lo que se interpretó como como un guiño hacia la conducción desplazada, la CNE reconoció la apelación a la intervención presentada por Gioja diferenciándose así de Servini quien sólo había tomado como válida la petición de los apoderados y no del titular del partido.
El sainete comenzó en abril pasado cuando la jueza Servini ordenó la intervención del Partido Justicialista a partir de un pedido de los dirigentes sindicales Carlos Acuña (estaciones de servicio), Oscar Rojas (maestranza) y Horacio Valdez (vidrio) para que la Justicia declare "el estado de acefalía" del partido.
En ese contexto, colocó al gastronómico como titular de la sede de la calle Matheu. Por lo pronto, la intervención del PJ entró en una nueva etapa que podría decantar en el final de esta novela peronista.