Se remarcó que al presente las agencias del rubro se habilitan bajo figuras que nada tienen que ver con el trabajo que realizan.
Asimismo se destacó que el debate sobre la situación que atraviesan los trabajadores del sector se intensificó en las últimas semanas “con el desembarco de la empresa española Glovo, que no tiene sede física en la ciudad, solo ofrece como cara visible a una persona que atiende dos horas a la semana en un coworking , y se muestra como una ‘aplicación colaborativa’ que relaciona a clientes con cadetes , escondiendo relaciones laborales de dependencia”.