La edil precisó que en el ’74 “la ordenanza decía que sólo se permitía entrar a albergues por hora a personas de distintos sexos”. La normativa sufrió alteraciones “en el ’97 a raíz de que echaron a una pareja gay de un hotel”, dijo.
Schmuck remarcó la importancia de “derogar dicho artículo para que puedan entrar dos personas” en un mismo espacio. “Quién va a controlar que estén más de dos personas en una habitación”, se preguntó.
“Es una invasión a la privacidad. Un concejal no puede ponerse a pensar lo de la cantidad. Quedará a criterio del albergue por hora“, sostuvo. Y añadió: “Obviamente hay que modernizar ese tipo de nombres que son arcaicos”. Consultada sobre si es posible modificar la normativa, Schmuck se mostró optimista e indicó: “Los cambios culturales se construyen a partir del debate”.
La mayoría de los hoteles alojamiento de la ciudad utilizan la modalidad, aunque no esté autorizada por la normativa vigente, e incluso tarifan al "pasajero adicional" cobrando un costo extra al de la habitación. Por más que los ocasionales ocupantes del vehículo "escondan" al tercer amante, las cámaras del hotel siempre detectan el número de personas que ingresan.