Los incrementos , fundado “en variaciones de la estructura de costos de las empresas” realizado por la Superintendencia de Servicios de Salud están generando también una baja en la cantidad de afiliados.
Para la suba se tuvo en cuenta “los cálculos actuariales necesarios, la verificación fehaciente del incremento del costo de las prestaciones obligatorias, suplementarias y complementarias” así como “el incremento de costos de recursos humanos”. Los anteriores aumentos fueron del 4 por ciento en febrero y 7,5 por ciento desde junio.
La Asociación Civil de Actividades Médicas Integrada (ACMI) expresó que estos reajustes “resultan insuficientes” y que solicitarán a la Superintendencia de Servicios de Salud la autorización para nuevas remarcaciones con los incrementos de costos que han venido soportando.
El informe de FSS advierte que los aumentos autorizados hasta ahora superan la proyección de los costos de los prestadores privados de medicina, los cuales representan en promedio el 80 por ciento de los costos de las empresas de medicina prepaga. “En 2017, la suba fue de un 31 por ciento anual, casi duplicando la meta de inflación proyectada para ese año”, aclaran en el informe.