El argumento más utilizado por la oposición fue que se trató de un proyecto personal del gobernador Lifschitz empujado sin respectar los canales institucionales, con el único objetivo de buscar un segundo mandato.
“El gobernador siempre evidenció que lo único que importaba de este proceso era la posibilidad de su reelección, para lo cual remitió un mensaje con un proyecto de ley sin acuerdos previos, que pretendía imponer plazos perentorios para su aprobación”, habían señalado desde Cambiemos en un comunicado.