"En lo que respecta a las perspectivas de corto plazo, siguen siendo poco alentadoras, la inestabilidad macroeconómica y las elevadas tasas se muestran como los principales condicionantes de una coyuntura industrial cada día más compleja", consideró la consultora.
En esta oportunidad, el segmento que lideró la caída fue el de alimentos y bebidas, que se vio afectado por una merma de aproximadamente 20% en la producción de aceites, y una reducción de la demanda de gaseosas de casi 4%. La industria también resultó afectada por desaceleración de la construcción, lo que se evidencia en una merma del rubro de minerales no metálicos de más del 6%.