Entre ellos, se destaca la postergación del pago de la deuda por el 15% de la coparticipación y un tijeretazo sobre el Fondo Nacional de Incentivo Docente y las campañas de vacunación.
Sin contar el ya conocido desplome de la obra pública, que caería al nivel más bajo desde el 2002 como porcentaje del PBI y que la Casa Rosada espera compensar con los proyectos de financiamiento privado del PPP.
El proyecto se comunicó en reuniones separadas de a grupos de provincias. La negativa llegó desde Salta, Neuquén, Chaco, Rio Negro, Tierra del Fuego y Córdoba -todas jurisdicciones con buen diálogo con la Rosada-, el rechazo fue unánime.