Mientras que un año atrás se habían contabilizado 260 al cabo de la primera mitad del año, ahora se sumaron otros 50, lo que encendió la alarma entre los comerciantes y también dueños de estos espacios, a quienes cada vez les cuesta más encontrar locatarios.
“Bajó mucho el consumo, se aceleró la inflación y se dispararon los costos crediticios, restando volumen de venta a los comerciantes”, según señala el informe que también achaca la difícil coyuntura a la reestructuración del gasto familiar.