La Lepra es el conjunto que más perdió en 2018, de visitante no logra imponerse desde aquella resonante victoria frente a River, dirigido por el Chocho Llop en la décima fecha del torneo anterior, en noviembre de 2017. Sólo consiguió un punto frente a Atlético Tucumán desde entonces en esa condición. Sólo un empate y nueve derrotas, y eso en algún momento se paga.
La responsabilidad no es exclusiva del entrenador, está claro. La falta de jerarquía del plantel rojinegro está más que explícita. De Felippe amenazó con irse en el fin de la temporada anterior si no le reforzaban el plantel. Lo hicieron en la medida que las finanzas lo permitieron, pero sólo Formica puede marcar la diferencia entre los jugadores que llegaron. A eso hay que sumarle el bajo rendimiento de dos referentes del plantel como Bernardello y Leal.
Además, cuando se pierde todo se vuelve más difícil. Jugar de local cuando de visitante no se consiguen resultados obliga a sacar puntos, si es de a tres mejor. Anoche le faltó serenidad a Newell's para si no podía ganarlo...no perderlo. En dos pases el Decano lo dejó con las manos vacías y no extraña, el equipo de Zielinski está en cuartos de final de la Copa Libertadores, juega bien y puede lastimar.
Newell's debió tomar recaudos ayer y no ir como se dice en el boxeo al golpe por golpe porque podía pasar lo que finalmente sucedió. De Felippe tendrá una vida más frente el mismo rival el sábado por Copa Argentina, ya conoce los riesgos, deberá cambiar estrategia y juego si quiere seguir avanzando en esa competencia y sentado en el banco del equipo del Parque de la Independencia.
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