“Recorriendo cualquier barrio de Rosario, el mayor peligro es el empleo, lo mismo en los comercios y las pymes, e incluso en empresas como General Motors, que ha decidido suspensión rotativa de 1.500 trabajadores. La actividad comercial está muy retraída. Es la primera vez que los taxistas plantean no aumentar la tarifa porque tienen muy poca actividad”, aseguró.
“En los sectores más vulnerables de la ciudad, la mayor demanda es incorporarse a algún tipo de changa o trabajo. Hemos fortalecido la ayuda alimentaria y tenemos una mayor demanda en términos de salud, veinte mil personas nuevas en siete meses por pérdida de trabajo o prepaga que no pueden seguir sosteniendo. Nuestros presupuestos se han visto bastante recortados y las perspectivas son negativas”, agregó.
Se refirió también a la caída de la actividad económica, que golpea la actividad industrial también en las ciudades cabecera del interior del país.
“La cadena de frío, la textil, las autopartes, la metal-mecánica”, enumeró la mandataria local, para luego explicar cuáles son las maniobras que realizan en Rosario para dar respuesta a la necesidad de empleo de la gente: “Tenemos una gran tarea en el tema de emprendedurismo social”.