Macron visitó este jueves a la viuda de Audin en su domicilio a las afueras de París y anunció la apertura de los archivos sobre los miles de civiles y soldados desaparecidos, tanto franceses como argelinos. Josette Audin trató de agradecer su gesto a Macron en un encuentro emotivo. Pero este le respondió: “Soy yo quien tiene que pedirle perdón, no diga nada”.
Un comunicado presidencial precisó que un voto parlamentario de 1956 dio carta blanca para restablecer el orden en Argelia, abriendo la vía al uso de la tortura. “Este sistema preparó el terreno para actos terribles, incluida la tortura”, según el comunicado.