Salvia consideró que, según cifras del Observatorio, cuando culmine 2018 la pobreza afectará al 30 por ciento de la población argentina (más de 13 millones de personas) cuando a fines de 2017 se encontraba, tras dos mediciones a la baja, en un 25,7 por ciento. "Frente al hambre el Gobierno argentino va a tener que inyectar más partidas de dinero en las capas más bajas de la sociedad", sostuvo Salvia.
El trabajo del Observatorio de la Deuda Social en el relevamiento de la pobreza en el país sudamericano resultó importante cuando el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC), el organismo que unifica todas las actividades estadísticas oficiales en el país, estuvo intervenido años atrás durante la mayor parte de los gobiernos kirchneristas.
"La única contención que hay por el momento para los más pobres son los programas sociales, por lo cual, ante un escenario de devaluación como el que pasamos en los últimos días, se debería disponer una medida de compensación de emergencia para no llegar a una situación de hambre más extrema en la población y para evitar un estallido social o una situación de mayor gravedad de malestar económico", agregó Salvia.