Pero, tampoco será una fiesta para quienes tienen su actividad económica atada al turismo interno: la recesión le pondrá límites a la actualización de precios porque la gente se cuidará más y, por ello, gastará menos.
En ese sentido, el margen de rentabilidad de quienes trabajan con el turismo mostrará un retroceso, porque sus costos sí aumentaron al ritmo de la inflación, que cerrará 2018 en el 45%, según las previsiones más optimistas.