De acuerdo con Ciccra, el consumo per cápita de carne vacuna cayó en septiembre hasta un equivalente de 49,1 kilos/año, luego de haber alcanzado en agosto los 59 kilogramos anuales por habitante. Como referencia, el consumo promedio acumulado entre enero y septiembre es de 56,6 kilos anuales per cápita, similar al de 2017 (56,4%) y algo superior al del recesivo 2016 (54,4).
Los datos de la industria arrojan que la faena registró en septiembre el segundo peor registro del año, solo superado por febrero, un mes estacionalmente de baja actividad. El precio promedio de la hacienda en pie llegó a $41,8 por kilo en septiembre, con una suba del 16,3% desde agosto. Fue el incremento más pronunciado desde febrero de 2010, cuando el precio aumentó 24,8% en un mes por la caída en la producción.
Así, la hacienda acumuló un aumento del 51,2% desde diciembre. Pero la caída del consumo impidió a los carniceros trasladar todo el aumento a los mostradores. En el Gran Buenos Aires, los precios de la carne vacuna aumentaron 8,6% promedio. La suba fue inferior a la de las carnes aviar (14,7% mensual) y porcina (11,7%).