La ciudad de Palu, una localidad de 350.000 habitantes en la costa oeste de la isla, quedó devastada el 28 de septiembre por el sismo de magnitud 7,5 al que siguió una ola destructora.
Numerosos edificios y viviendas de esa zona quedaron reducidos a montones de escombros. Se teme que cientos de personas hayan quedado enterradas entre los escombros en una zona residencial en el barrio de Balaroa, en Palu, donde la fuerza de la sacudida dejó el suelo hecho trizas.
"Creemos que más de 1.000 casas quedaron sepultadas, es probable entonces que haya más de 1.000 desaparecidos" en Balaroa, señaló a la AFP Yusuf Latif, portavoz de la agencia. Aunque "existe la posibilidad de que algunos de ellos consiguieran salir", agregó. "Pero no podemos estar seguros porque existe la posibilidad de que algunos de ellos consiguieran salir", agregó.