De acuerdo a lo informado por el gobierno de la provincia, se recaudaron 4.045.000 pesos, que serán destinados a tareas de interés social. Si bien iban a ser 18 los lotes a disponer para la puja, una medida judicial de último momento obligó a sacar de consideración el lote 14, que tenía una Ford Ranger 4×2.
Más allá de esa determinación, que se respetó sin inconvenientes, todo transcurrió con absoluta normalidad, una fervorosa y animada participación de la platea, y con autoridades provinciales que supervisaron el acto, como el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro; el ministro de Justicia, Ricardo Silberstein, y el secretario de Gestión Pública, Matías Figueroa Escauriza.
El mal clima no impidió el desarrollo de una sesión histórica, que marcó un primer mojón, tanto en la provincia como a nivel nacional. Es que es la primera vez que se toman bienes provenientes del delito para quitarle recursos a ese sector, y generar ingresos para el Estado.
“Este es un primer paso, pero vamos a seguir en este mismo sentido, porque le queremos quitar capacidad de operación a los delincuentes que muestran que siguen operativos a pesar de que están detenidos o bajo disposición judicial. Seguiremos con todo contra ellos”, remarcó Pullaro antes del remate.
Con esa sensación de estar comenzando un camino nuevo, y dejando precedentes formales para la acción del Estado contra el narcotráfico y otros sistemas delictivos, la jornada transcurrió repleta de emociones, con un público variado, en rango etario y en nivel social.
Contrariamente a lo que se podía suponer, ya que se trataba de autos de alta gama, hubo parejas, familias, mujeres embarazadas, trabajadores, profesionales, curiosos, y muchos mecánicos que intervinieron en la emocionante subasta.
Bajo un celoso operativo de seguridad, minutos después de las 17 comenzó el remate. Con la dirección de 12 martilleros públicos, 8 de Rosario, y 4 de Santa Fe, que colaboraron con la divertida pelea por cada lote, el encuentro se extendió por alrededor de dos horas.