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Lifschitz admitió que la emergencia hídrica es grave


El gobernador Miguel Lifschitz admitió que la emergencia hídrica en Santa Fe es grave y seguirá igual. Ya está “todo el norte provincial afectado”, lamentó el mandatario santafesino este viernes en comunicación con un medio radial y antes de una nueva recorrida por las zonas más comprometidas.

Un informe del Inta Castelar especifica la situación en cada departamento y paraje rural y menciona las pérdidas para agricultura –soja, girasol, algodón–, la ganadería y la lechería. Caminos intransitables dificultan el traslado de animales y leche, además de aislar poblaciones. La lluvia caída en lo que va de enero iguala al promedio anual en muchas zonas. Lo peor es que las previsiones climáticas no alientan esperanzas.

El agua no sólo llega del cielo, señala el relevamiento del Instituto: por la topografía del terreno, se suma el drenaje superficial desde provincias vecinas, como Santiago del Estero y Chaco. Organizaciones de productores cifran el área afectada en 300 mil hectáreas.

Para tener una idea, equivale a 17 veces la superficie de la ciudad de Rosario. Lifschitz insistió en que los mayores problemas están sobre el límite con las provincias desde donde llegan las masas hídricas por superficie, que se suman al aporte de las precipitaciones en la propia Santa Fe. Coincidió con las expectativas del Inta sobre un futuro mediato igual o más complicado.

El gobernador explicó que una parte central de las acciones oficiales están centradas en proteger los cascos urbanos. La Secretaría de Protección Civil de Santa Fe reconoció 224 evacuados en el conteo que llega hasta la tarde del martes, que puede incrementarse. Están centrados en los departamentos Vera, 9 de Julio y General Obligado.

El secretario de Recursos Hídricos, Juan Carlos Bertoni, advirtió que la situación en el norte “se complica cada vez más” con los pronósticos de corto plazo por lluvias. Y que a ello se suma que comenzaron a ingresar los excedentes hídricos de Santiago del Estero y Chaco, como señala el Inta. 

“La previsión de lluvias para los próximos 6 días en una franja que va desde el noroeste hacia Reconquista es de más de 200 milímetros”, agregó el funcionario. Y pronosticó una “crecida importante” en el arroyo El Rey, que desagua entre Avellaneda y Reconquista. Bertoni asumió las críticas de productores, expresadas en una reciente y tensa reunión con Lifschitz en Santa Margarita, sobre obras hídricas no terminadas.

Pero aclaró que, para él, explican apenas una parte menor de la situación. Por el contrario, mencionó la complejidad del manejo del agua –contemplar con equilibrio las alternancias de inundaciones y sequías– y los efectos de las malas prácticas agropecuarias.

“La deforestación, los canales que no están adecuadamente registrados y fueron hechos de manera clandestina, la circunstancial obra de readecuación de la infraestructura ferroviaria que terminó resultando una barrera al escurrimiento. No sólo las obras”, refutó el secretario.

Insistió en que los escurrimientos deben realizarse por los cursos naturales. Pidió a los productores no actuar de forma individual con soluciones que perjudican al resto o tienen consecuencias negativas a futuro. Les reclamó que trabajen coordinados en los comités de cuenca y que no hagan “justicia por mano propia con el agua”.

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