Marcelo, un hombre con un hijo con discapacidad a cargo fue uno de los cesanteados. “Me mandaron el telegrama sin justificativo alguno. Tengo un hijo de 11 años bajo tratamiento por discapacidad en la obra social que ahora no sé cómo seguirá”, manifestó deseperado.
"La fábrica quiere despedir a 100 compañeros diciendo que anda mal pero acaba de comprar una máquina que cuesta 16 millones de dólares, es mentira que están en crisis quieren sacar provecho a costa de seguir echando a compañeros", denuncia en una carta.