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Lo mejor que podría pasarle a este grupo es que el semestre termine ya. Bauza, Ferrari y ahora Cocca padecen la mediocridad de un plantel pobre, que no sabe a que juega, que no tiene idea de como defenderse y mucho menos como lastimar al rival.
De no ser por la soberbia actuación de Ledesma, el elenco local se hubiera retirado con una derrota histórica. Aldosivi jugó al fútbol porque Central se lo permitió, nunca cortó el juego, jamás en toda la noche molestó, corrió siempre de atrás, mirándole el número a los rivales, apenas tuvo un par de situaciones de peligro contra el arco contrario y desnudó un presente difícil de recordar.
No logra presionar arriba porque le faltan velocidad y piernas, no puede elaborar juego porque no tiene jugadores que puedan hacerlo, no sorprende, no se asocia, no desborda, nada hace Central, y como es lógico, cualquier rival que juegue a algo parecido al fútbol lo supera. Los desacoples defensivos son dignos de un plantel de tres o cuatro categorías más abajo, y por si fuera poco, se le siguen lesionando jugadores, hoy fue el turno de Camacho, que se sumó a Cabezas y Gil.
Ni Caruzzo, otrora gran defensor se parece en algo al que fue, hoy estuvo acompañado por el juvenil Almada, que jugó con pierna cambiada, pero nunca logró acoplarse al ex San Lorenzo. Rinaudo parece tener poco hilo en el carretel ya para correr a todos, Ortigoza pierde la pelota cada vez que es presionado, y Zampedri parece peleado con la vida, juega de espaldas y de frente al arco llega siempre dos segundos tarde.
Con ese panorama, ni Lovera y mucho menos Vergara pueden darle el fútbol que el elenco auriazul necesita, sumado a eso, su aporte en la marca es casi nulo, por lo tanto el mediocampo canalla es zona de fiesta para cualquier rival.
Cocca necesitará otro plantel para afrontar lo que se viene y varios de los actuales componentes ya no deberán vestir esta camiseta el próximo semestre. Hoy se retiraron silbados por su propio público, superados en toda la cancha, sin reacción alguna, y derrotados antes de salir al campo de juego, un conjunto sin jerarquía ni huevos.
