El aumento se explicó como consecuencia de la suba de 4,1% en los “Productos nacionales” y de 4,4% en los “Productos importados”.
En los últimos doce meses, el IPIM acumuló un alza del 68% y en lo que va de 2019 el salto fue del 8,2%. Los precios mayoristas habían subido 3,4% mensual en febrero; 0,6% en enero; 1,3% en diciembre; 0,1% en noviembre; 3% en octubre; 16% en septiembre, pico al que llegó por el impacto de la devaluación previa del peso.
Según el desglose del IPIM, lo que más subió en marzo fueron los precios del petróleo crudo y gas, con un alza mensual del 9%; seguido por las prendas de materiales textiles, con 8%; “otros medios de transporte”, con 7,8%; el tabaco, con 6,9%; la energía eléctrica, con 6,5%; y alimentos y bebidas, con 4,2%.
En tanto, en el acumulado anual lo que más se disparó fue el precio de los vehículos automotores, carrocerías y repuestos, con un alza del 85%; el costo de la energía eléctrica mostró un salto del 79,7%; mientras que las sustancias y productos químicos avanzaron 77,8% y los alimentos y bebidas subieron 59,2%.
Y en lo que va de 2019 los seis rubros que más alza acumulan son: la electricidad, con un 32%; los productos agropecuarios con un 17,1%; el tabaco con un 15,2%; las prendas de materiales textiles, con un 14,6%; y los alimentos y bebidas, con un 12,7%.
Si bien existe el IPIM contempla los valores de productos que en su mayoría son transables (que pueden consumirse en mercados extranjeros) y el IPC se construye casi exclusivamente sobre productos de consumo local, el primero tiene efecto en el mediano plazo en las góndolas.
Son distintos eslabones de las cadenas productivas y de la comercialización, pero el IPIM marca una inercia que va muy en línea con lo que luego se observa en los precios domésticos, más en una economía tan inestable y con disolución de referencias por la inflación como la de la Argentina.