“En definitiva, es más un acto de vandalismo que un robo, a lo mejor le dan 20 pesos o 30 por un medidor en un desarmadero y después los funden”, explicó el gerente de Aguas. Y agregó que se trata de un “robo oportunista” porque el medidor se encuentra en la vereda y sólo está protegido por una caja plástica.
“No se puede poner un candado o una llave a un medidor que está en la vereda”, sostuvo Lanfranco y explicó que los cables del medidor se cortan con un alicate y el robo se efectúa en cuestión de segundos. A su vez, los vecinos se dan cuenta de que no tienen medidor porque se quedan sin agua, ya que este artefacto está ubicado en el paso de agua de la red al domicilio.