Cuando las negociaciones parecen acercarse a su fin, el ejecutivo comunitario, encargado de negociar en nombre de la Unión Europea (UE), es blanco de una campaña de presión tanto de los partidarios del acuerdo como de sus detractores.
Días atrás, los líderes de Francia, Irlanda, Bélgica y Polonia expresaron su "profunda preocupación" sobre el impacto de un acuerdo en la agricultura, un sector sensible que teme ser sacrificado en beneficio de la industria.
Pero una contraofensiva lanzada por siete países, incluidos Alemania, España y Portugal, despierta expectativas en especial en los gobiernos de Mauricio Macri y Jair Bolsonaro. "Ambas partes deben estar dispuestas a hacer algunas concesiones finales para lograr este acuerdo histórico", dijeron los mandatarios de Alemania, España, Países Bajos, Portugal, Suecia, Letonia y República Checa.