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El seleccionado nacional terminó una copa América aceptable, encontró cosas positivas y se lleva trabajo a casa. Hoy lució superior a Chile, en un partido caliente, un clásico en el que pudo tomarse de alguna manera revancha de las dos ediciones anteriores en las que los chilenos se impusieron desde los doce pasos.
La lucidez de Messi para poner una pelota entre líneas para habilitar a su socio Agüero y la ductilidad de Lo Celso para dejar solo a Dybala, que definió con un toque exquisito, fueron las dos jugadas determinantes que marcaron la diferencia. El VAR volvió a ser determinante y le dio la pena máxima a Chile cuando el árbitro no había advertido infracción.
Scaloni, que dejará su cargo en diciembre, encontró la base de un equipo que ya va mezclando el retorno de históricos con algunas caras nuevas como De Paul, Paredes, Foyth y Martínez. Quedará la duda de que hubiera pasado si al conjunto nacional le hubieran cobrado los dos penales claros contra Brasil, pero eso ya es historia pasada.
