El economista ve a la actual conducción del Banco Central como "una conducción de emergencia, no existe un programa de largo plazo, de hecho el programa monetario vence a fin de año. Con lo cual la visión es muy cortoplacista".
"Es un Banco Central que ha tratado de tapar agujeros y además va a tener una nueva prueba de tensión cambiaria en el período preelectoral, como siempre ocurre. Tiene los instrumentos para sobrellevarla y veremos en la ejecución si cuenta con la pericia suficiente para gestionarla", agregó.