Cualquiera que lea que Central marcha invicto en el torneo tras siete fechas podría pensar que Cocca encontró el camino para salvar al Canalla del descenso y estará totalmente equivocado, muy por el contrario, por este sendero jugará en la Primera Nacional en el segundo semestre del año próximo. Hace cinco partidos que empata, tras un arranque exitoso, perdió en el camino al único jugador que le daba algo de fútbol
y el fixture amenaza su continuidad.
Anoche dilapidó otra chance de quedarse con los tres puntos en el 15 de abril, ante un equipo endeble, de mandíbula floja, que se derrumba al primer golpe, el tema es que Central no se lo dio y de no ser por la buena actuación de su arquero podría haber perdido.
Crearle sólo tres situaciones de gol a un equipo que viene de ser derrotado e incluso goleado en las últimas cuatro fechas parece lapidario a la hora de hacer un balance de lo que fue el elenco auriazul anoche.
Hay jugadores que están notoriamente por debajo de su nivel, otros jugando en puestos que no sienten, y algunos haciendo vanos esfuerzos por intentar torcer un rumbo.
Ayer Ledesma fue una muralla, pero su torneo no es de lo mejor. Molina fue una invitación a mandarse por su lateral, un free pass, cualquiera que lo intentó ganó por ese sector y en ataque aportó poco. Caruzzo hizo dupla por primera vez con Novaretti, y la dupla central no se mostró segura, incluso su compañero, que llegó al once titular para competir con Barbieri cometió un claro penal a los 20’ segundos de juego, que Echavarría ignoró. Brítez es derecho, juega por izquierda desde la venta del chileno Parot, cumple, mete, corre, pero no le pidan que vaya al fondo y desborde, indefectiblemente engancha y pierde sorpresa.
En el medio, Rius es un volante movedizo, aporta algo en ataque, retrocede, pero no luce ni aparece en la medida que Central lo necesita. El Colo Gil deambula por la cancha, juega a ser la rueda de auxilio de Rinaudo, y antes aportaba desde la pelota parada, algo que ha perdido hace rato. El ex Gimnasia, su compañero en la recuperación de las pelotas alternas buenas y malas, para que no le ganen la espalda se tira cada vez más para atrás y ayer hasta parecía un tercer central. Hasta le tocó ser el lanzador, a falta de ellos y claramente no es lo suyo.
Por izquierda, para completar la banda también juega otro derecho, Zavala nunca se adaptó al puesto, engancha siempre para adentro, jamás tira un centro de zurda, y es frecuentemente reemplazado por bajo rendimiento.
Adelante Cocca tiene poco y nada. Apenas cuenta con Riaño, un mediocre nueve que no tiene gol, que corre, se muestra voluntarioso, presiona al rival, pero carece de dos cosas también importantes para un jugador en esa posición. No aguanta la pelota para la llegada de los volantes y mucho menos cabecea. Si encima el único argumento ofensivo de Central es tirar centros para su 9, es casi un camino imposible meter un gol.
Gamba intenta tirarse atrás, se queda entre ser enganche y delantero, no suele asociarse con nadie, suele intentar la individual y pierde casi siempre contra su marca, no importa cuál sea. Ribas, una torre de más de 1,90 ingresó en todos los partidos, su único aporte fue bajar una pelota para que Zabala marcara su único gol. Se muestra lento y cansino, muy poco para intentar ser un revulsivo que ingresa desde el banco.
Colazzo entró ayer y la única vez que la televisión lo mostró fue cuando saludó a su compañero. Pereyra no es menos que Gil, e incluso tiene algo más de juego aunque menos marca. Ortigoza iba al banco hasta ayer sólo porque es el jugador mejor pago del plantel, y el DT tenía que justificar su salario, pero está claro que no está en los planes.
Afuera de eso queda Jonás Aguirre, a quien Cocca tiene borrado, pero sin ser por lejos mejor jugador que Zabala, por izquierda al menos aportaría velocidad y desborde, algo que el ex Unión no tiene. Tras ellos apenas un par de chicos como Marinelli y Villagra, que observando el nivel de sus compañeros merecen oportunidades.
Central recibirá el último campeón en Arroyito el domingo, luego viajará al sur bonaerense para medirse con Lanús y recibirá luego a Vélez, sin dudas nueve puntos complejos que podrían definir la suerte de Cocca al frente de este plantel.
Algo no está funcionando, en su equipo, se le trajeron los jugadores que pidió, y salvo por la salida de Lovera, conservó en el plantel a todos aquellos que quiso y desistió de otros que a su criterio habían cumplido un ciclo. La versión es plenamente suya, y la responsabilidad también.
