En el encuentro Camacho le pidió asilo al consulado argentino ante un eventual fracaso de lo que llamaba “insubordinación civil”. Asilo que el consulado no podía brindar porque la atribución le correspondía a la embajada en La Paz. Pero en ese contexto, les dijo que 48 horas más tarde las Fuerzas Armadas iban a entrar en la casa de gobierno.
La información quedó volcada en un cable que el consulado argentino envió a la Cancillería. Los dos cónsules buscaron disuadir al fanático empresario de lo que consideraban una locura. Bajo esa perspectiva quienes intervinieron del encuentro creyeron haberlo convencido.