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Educación vial a niños y adolescentes fue una prioridad para la Secretaría de Control


La Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana municipal tuvo como prioridad la educación vial de niños y adolescentes durante este año, a partir del desarrollo de políticas públicas orientadas a capacitar a alumnos y alumnas de diversas escuelas de Rosario.

Además, se fortalecieron los controles de alcoholemia a choferes de micros escolares promoviendo así condiciones de seguridad vial en el marco de los denominados viajes de estudio.

“Como en otras materias y asuntos, también se aprenden comportamientos responsables y adecuados en la vía pública, un pilar fundamental para la convivencia urbana”, sostuvo el director de Tránsito municipal, Gustavo Adda.

En lo que va de 2019, 21.229 chicos que asisten a 402 instituciones asistieron y pudieron incorporar nuevos conocimientos, tanto teóricos como prácticos, buenos hábitos y normas de tránsito. “Se busca interiorizar en los más chicos y jóvenes la responsabilidad que implica circular por la vía pública, ya sea como conductor de un rodado como también a la hora de caminar.

No se trata de que se conviertan en educadores de sus padres sino que conozcan, analicen y pongan en práctica ellos mismos formas adecuadas de comportamiento vial”, explicó el funcionario.

Orientado para niños de entre 4 y 6 años, el Parque infantil de Educación Vial ubicado en la sede de la Dirección General de Tránsito en Moreno 2510, espacio lúdico recreativo modelo en la región para educar desde la infancia sobre las convivencias viales, simula una pequeña ciudad en la cual los alumnos visitantes protagonizan acciones que alientan hábitos y conductas de seguridad vial y del correcto uso de la vía pública.

A pie como peatones y en bicicletas como conductores se recrean situaciones cotidianas que promueven el comportamiento solidario con el otro y la interiorización de la norma como herramienta de construcción de buenas costumbres urbanas.

Cabe señalar que la propuesta funciona también en el marco de la Calle Recreativa. Dentro del espacio también tienen lugar distintas actividades, proyectos y programas pensados para niños más grandes y adolescentes.

“Escuelas para la convivencia” está destinado a alumnos de la primaria de más de 6 años quienes reciben en sus escuelas la visita de inspectores especializados en educación vial con quienes trabajan para desnaturalizar las prácticas de tránsito, hacer visible el rol fundamental de las personas en ese contexto y recuperar el sentido social del cuidado de sí mismo y del otro en el espacio público.

El Proyecto Estoy Grande está dirigido a establecimientos educativos de nivel secundario, específicamente a cuarto y quinto año, para repensar las conductas de toda la comunidad educativa en el ingreso y egreso a los establecimientos escolares.

Se hace hincapié en la responsabilidad de todos para evitar embotellamientos y facilitar la circulación en esos horarios, priorizando a los peatones.

Por su parte, los Talleres participativos se llevan a cabo con alumnos, docentes, padres y madres con metodología lúdica y audiovisual, para lograr un encuentro dialoguista, inclusivo y participativo.

También hay que destacar el curso de capacitación Primer Licencia de Conducir para alumnos y alumnos de entre 17 y 18 años, interesados en la obtención de la misma por primera vez. Escolares de viaje Otra de las acciones dispuestas por la Secretaría de Centro y Convivencia destinada a las juventudes son los controles de consumo de alcohol a conductores de colectivos a punto de trasladar a alumnos. En lo que va de 2019, se concretaron 250 test con un resultado positivo.

La iniciativa no sólo apunta a garantizar que los viajes de estudios se realicen en un marco ajustado a las normas de tránsito y por ende, de mayor seguridad vial, sino que también se orienta a generar en los chicos conciencia y sensibilidad acerca de la necesidad de cumplir las reglamentaciones y medir los peligros del alcohol al volante.

Hasta el año pasado, la Secretaría de Control y Convivencia ejecutaba controles aislados a conductores de micros de larga distancia que llevan estudiantes. Sin embargo, desde entonces se volvieron una tarea cotidiana.

“La confianza generada por padres e instituciones en nuestra labor llevó a que efectuemos las fiscalizaciones de manera regular, convirtiéndose en una tarea más del área siendo aprovechada para cumplir nuestro objetivo de educación vial desde la niñez y la juventud”, señaló Adda.

Los controles a conductores de micros estudiantiles pueden solicitarse en la Dirección General de Tránsito de Moreno 2510, de lunes a viernes de 8 a 12. No sólo se circunscriben a contingentes estudiantiles sino que también hay pedidos de clubes y asociaciones de jubilados.

Al ingresar los petitorios por mesa de entrada son designados mediante sistema a los inspectores correspondientes quienes, al llegar al lugar –algunos se concretan en la estación de ómnibus Mariano Moreno así como también en sedes institucionales–realizan los controles pertinentes cuyos datos son registrados en el sistema.

En caso de que registren niveles de alcoholemia o narcolemia positiva, al chofer en cuestión se le retira provisoriamente la licencia y se lo reemplaza por otro conductor en condiciones de conducir. La mayoría de la demanda de este servicio es en torno a los viajes de estudios a Córdoba, Buenos Aires o Entre Ríos. También se concretan intervenciones en el marco de los viajes de fin de año a Bariloche.

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