En abril de 2018, el régimen de Pyongyang declaró una moratoria autoimpuesta sobre test nucleares y lanzamientos de ICBM, un gesto que ayudó a convocar la primera cumbre entre Kim y el presidente estadounidense Donald Trump en Singapur. Sin embargo, el líder norcoreano afirmó ante dignatarios del partido gobernante que su país "no tiene motivos para continuar ligado unilateralmente a este compromiso".
"Los actos hostiles y la amenaza nuclear contra nosotros van en aumento", afirmó el líder norcoreano y prometió que "el mundo será testigo en un futuro cercano de una nueva arma estratégica que posee Corea del Norte".