En el documento, publicado el 7 de enero en el sitio web del organismo, se reconoce que, en la última década, la desigualdad se ha convertido en uno de los problemas más complejos y desconcertantes de la economía mundial.
Por eso, se identifica como una herramienta principal para luchar contra este flagelo a la progresividad fiscal: Según esta mirada del FMI, también "el uso de herramientas digitales en la recaudación de impuestos puede formar parte de una estrategia integral para estimular los ingresos internos" y "al reducir la corrupción se puede mejorar la recaudación y además reforzar la confianza en el gobierno".
Por otra parte, también impulsa "la presupuestación con perspectiva de género", tal como exhibe la gestión de Alberto Fernández en la Argentina.
"Es otra valiosa herramienta fiscal en la lucha contra la desigualdad. Muchos países reconocen la necesidad de mejorar la igualdad de género y de empoderar a la mujer, pero los gobiernos pueden recurrir a la presupuestación con perspectiva de género para estructurar el gasto y la tributación de manera que den un mayor impulso a la igualdad de género; a su vez, el aumento de la participación femenina en la fuerza laboral afianza el crecimiento y la estabilidad", sostiene el texto.
Finalmente, Georgieva pondera que "las políticas de gasto social revisten cada vez mayor importancia a la hora de combatir la desigualdad". Y concluye: "Cuando están bien concebidas, pueden ser fundamentales para mitigar la desigualdad del ingreso y sus efectos negativos en la desigualdad de oportunidades y la cohesión social".
FUENTE POLÍTICA ARGENTINA