Desde el 18 de noviembre del año pasado, el ex teniente de fragata, que confesó cómo durante la última dictadura militar se arrojaba a detenidos desaparecidos desde aviones hacia el Río de la Plata, pasa los días en ese Centro de la capital española.
El represor estaba alojado en el centro penitenciario de Alcalá de Henares y gozó de salidas transitorias. Pero desde hace cuatro semanas se le aplicó un artículo del Reglamento Penitenciario local que le dio el beneficio de salir tras las rejas.