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Por primera vez en casi treinta años de hegemonía socialista, un intendente que no pertenece a esa fracción política se sentará frente a los concejales para brindar un mensaje, en un sitio que Javkin conoce bien, ya que fue concejal en dos oportunidades y su comunicación con los ediles es frecuente y fluida.
Las dificultades económicas que el flamante intendente encontró al asumir, han sido disimuladas hasta el momento, pasó un verano sin conflictos mayores, logró estabilizar el pago de salarios en tiempo y forma, y puso orden en algunos aspectos inherentes a la noche rosarina, agudizando el control en zonas abandonadas por la gestión anterior como Pichincha, donde reinaba el libre albedrío.
Ahora vendrán compromisos mayores, la negociación paritaria que se abre en la semana en Santa Fe avizora tiempos de conflicto y si bien Rosario está en una situación de privilegio con respecto a otras localidades, por potencialidad y recursos, cierto es que no puede descolgarse sola y deberá respetar lo que decida la mayoría, aunque esto signifique conflictividad con el gremio de trabajadores municipales.
El incremento del 53% del monto de la Tasa General de Inmuebles que rige desde enero le permitió a la Municipalidad cumplir con ciertos compromisos asumidos, pero ya se sabe, ese recurso fue perdiendo fuerza con los años y ni siquiera alcanza para cubrir el monto de erogación de alumbrado, barrido y limpieza.
Los vientos de cambio en el gobierno nacional le permitieron a Javkin no tener que tocar el precio del boleto en sus primeros meses de gobierno, ya que se se reestablecieron subsidios nacionales, ayer recuperó parcialmente el Cuando Llega, secuestrado insólitamente por piratas informáticos y en materia de transporte podría decirse que hay cierta tranquilidad. Se emprendió un plan acotado de bacheo de emergencia, que vino a restablecer una tarea continua que el socialismo había abandonado a pocos meses de dejar el poder y se notaba demasiado.
Con gestos austeros, con un gobierno de fotos, mostrándose con aquello que está bien, Javkin trató en sus primeros meses al frente de la intendencia de diferenciarse de una gestión desgastada por el paso de los años, aferrada a sus propios principios y que ya no tenía demasiado para ofrecerle a la ciudadanía.
Sin dudas el mayor de los problemas que Javkin deberá afrontar es en materia de seguridad. Más allá de la incesante ola de asesinatos que la narcocriminalidad desató sobre la ciudad en los primeros día del año, que le estalló a Perotti y su ministro de Seguridad, a nivel local el caso de un chico que salió a bailar y que apareció flotando en el Paraná lo obligó a replantearse la noche de una vez por todas, sin dudas un tema postergado más de la cuenta, que ahora, volvió a traer consecuencias fatales.
Su socia política, María Eugenia Schmuck, titular del Concejo Municipal y hasta el año pasado presidenta de la estratégica comisión de Gobierno, lo había fijado entre las prioridades de su gestión, sin embargo, la falta de acuerdo entre los ediles y el lobby ejercido por los empresarios de la noche, pudieron más que la voluntades políticas y la reforma de la vetusta ordenanza nunca salió ni pudo ver la luz.
Javkin dispuso la clausura preventiva del local donde se produjo el incidente que terminó con la vida Bocacha, los ediles ya manifestaron que buscarán la inhabilitación definitiva. Los dueños de los locales bailables de la ciudad son pocos, tienen testaferros, mutan de nombre y razón social, trasladan su sede de acuerdo a la temporada, abren y cierran con una facilidad asombrosa, tienen empleados en absoluta precariedad laboral, evaden controles, venden alcohol a menores, incumplen todas las normativas vigentes, y son un desafío sin dudas ineludible para la flamante administración.
Cuando falta dinero deben sobrar las ideas, y Javkin lo sabe. Tiene el desafío de conservar todo lo bueno que el socialismo le dejó y proponer en la medida de sus posibilidades nuevos desafíos. Sin duda alguna el contexto económico condiciona, pero deberá ingeniárselas para mostrar gestión. La ciudad refleja una de las tasas más altas de desempleo del país y los miles de jóvenes que se capacitan en instituciones públicas y privadas de la ciudad no tienen posibilidades ciertas de insertarse en el mercado laboral y sin dudas, ese será uno de sus principales desafíos.
Deberá tratar de aprovechar sus primeros años al frente del Palacio de los Leones para marcar su impronta, antes que el inevitable interna del Frente Progresista le estalle en las manos. Nadie imagina que el socialismo se resignará a su rol de parteneire y no le disputará nuevamente la poltrona mayor.
En sus primeros meses del gobierno se recostó más en el radicalismo y la Universidad, como principales aliados, manteniendo prudente distancia del gobierno nacional, ni tan lejos ni tan cerca, y por el momento le funciona. Javkin irá al recinto de sesiones con un discurso que dejará en evidencia los ejes de su gobierno, después de eso, se terminarán las palabras y llegará la hora de actuar, lo eligió para dar vuelta una página que creyó agotada. La ciudad lo necesita y él deberá estar a la altura del desafío.
