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De allí se fue Grecia, donde apenas duró unas semanas. “La pasé muy mal en Newell’s. Entré en una depresión y una zona muy oscura. No quería salir de mi casa, no quería que la gente me salude. Sentí la necesidad de alejarme, porque yo no era ese pibe al que veían triste. Después me fui a Grecia y todo empeoró… En el fútbol cuando ganás sos un fenómeno y cuando perdés no sos nada. En Grecia no existía, literal. Cuando volví empecé a trabajar en la carnicería de mi hermano y a entrenar en el gimnasio de Grazzini”, relató Sarmiento.
Después de unos años para el olvido, Sarmiento acordó su llegada a All Boys, y en la Primera Nacional busca volver a ser: “Volví para empezar de cero. No tengo auto y volví a viajar en colectivo. Arranqué todo de nuevo y ahora peleo por las cosas lindas del fútbol”, indicó.
Mientras que sobre el perfil que mantenía en redes sociales y también en la TV, sostuvo: “El jugador necesita divertirse. Es mentira que la concentración dura todo el día. Llega un momento que queres salir de la rutina, sin excederte. La gente piensa que si sos alegre o cantas una canción vivís de joda. Y yo soy muy responsable, pero no voy a vivir con cara de culo”, cerró.
