Solo Argentina y Uruguay, se acercan a los promedios de países de la OCDE (3,5 médicos y 9,8 enfermeras cada mil habitantes). Bolivia no llega a un médico cada mil habitantes. Perú tiene 5,8 camas de cuidado intensivo cada 100.000 habitantes, pero Honduras apenas 0,4.
Manifestó la necesidad de “testeos masivos para detectar asintomáticos" e identificar grupos y cadenas de contacto. Hacerlo, dice, es imprescindible para la etapa de “liberación del tránsito”, que a su vez permitan cumplir sí con “cuarentenas parciales para casos positivos y personas en contacto con ellos”.
El BID marca la importancia de las “capacidades institucionales” para hacer buenas políticas de adquisición de los recursos más apremiantes y una comunicación que induzca las conductas más prudentes posibles.
Así destaca a Argentina, que desarrolló una estrategia con evoluciones llamativas, como las de Italia y EEUU, que tras el primer caso tuvieron una etapa relativamente “plana” de los casos de Covid-19. Como recomendaciones, pidió centrarse en la atención de la política pública sobre los sectores más pobres, la clase media baja, los sectores económicos más afectados (entre los que menciona restaurantes, hoteles, comercio y transporte) y la contracción crediticia derivada de la propia crisis.
El estudio reconoce que el “confinamiento estricto” no es factible por mucho tiempo y menos aún en barrios marginales, áreas rurales o “cuando la población vulnerable recurre a bancos o entidades del Estado para recoger la asistencia”, casi una fotografía de lo que ocurrió en la Argentina el viernes 3 de abril, con cerca de un millón de jubilados y receptores de planes sociales agolpándose frente a las sucursales bancarias. En cuanto a la crisis económica, el BID no tiene dudas de que “será severa”