En medio de las restricciones para trasladar el cereal a los puertos rosarinos, ya que la comuna limitó los movimientos para cuidar a la población del coronavirus, y una estrategia propia de comercialización, habían decidido el almacenaje de la producción.
Los tres hermanos que integran la firma, de apellido Ansaloni, trabajan ellos mismos en los campos y, en rigor, en ese establecimiento dos de ellos habían estado manejando las cosechadoras y el restante operando la máquina para el embolsado.
"No somos productores desde una oficina, nos hicimos muy de abajo", dijo Leandro, uno de ellos. "Era toda la cosecha de ese campo. Lo que se afectó son 1300 toneladas. Cubrimos como con una sábana con silobolsas al cereal porque llovió", indicó.
Ansaloni no tiene una dimensión de la pérdida económica que esto pueda ocasionar, ya que en unos días, cuando mejore el tiempo y se pueda acceder al campo, podrá hacer la consiguiente recolección. "A lo mejor perdemos 1000 toneladas, 100 o nada, no lo sé", dijo.