El anticuerpo STI-1499 es uno entre más de 1.000 millones que están siendo examinados por la farmacéutica, y funcionó bien a pesar de ser utilizado en una concentración entre 10 y 100 veces menor que lo usual, de acuerdo al comunicado de la empresa.
Los anticuerpos, que se adhieren a la superficie del virus, bloqueando la infección, pueden ser una solución provisional mientras se espera la llegada de una vacuna, proceso que podría tardar entre uno y dos años, en la mejor de las proyecciones, de acuerdo al San Diego Union-Tribune.
El próximo paso para Sorrento Therapeutics es probar el funcionamiento del anticuerpo en animales, especialmente monos y hurones, susceptibles a la COVID-19. El ensayo clínico en humanos podría comenzar a mediados de julio, si no se presentan grandes contratiempos.
Si entonces tiene éxito, el STI-1499 podrá comenzar a ser usado tanto como un tratamiento independiente como también parte de un cóctel de anticuerpos, como los utilizados en al lucha contra el cáncer o el VIH. Henry Ji, presidente de Sorrento Therapeuticas, señaló que su compañía intenta "asegurar al público que tienes algo que te va a proteger, y protegerte inmediatamente”.