El descenso del nivel perjudica la navegación así como la carga máxima de buques y barcazas en las terminales portuarias del Gran Rosario, epicentro de la agroindustria del país. Según el informe al que accedió Télam, hace “casi 50 años” que no se registraba una profundidad de 0,40 metros el puerto de Rosario.
Esa situación, dicen los especialistas de le entidad bursátil rosarina, “implica enormes problemas logísticos, de transporte y de industrialización con un costo asociado de US$ 243 millones en el primer cuatrimestre del 2020″.
Una de las principales problemáticas que trae aparejada la bajante del río, son “los costos relacionados a la necesidad de ajustar el volumen de carga en el Gran Rosario y efectuar completamiento en otros puertos de la zona”.