Es cierto, hay mucha menos actividad, producto del aislamiento obligatorio, la falta de clases y los miles de agentes públicos que no se encuentran cumpliendo su jornada laboral, sumado a que el comercio trabaja todavía en media jornada. El incremento sustancial de las bicicletas, la ampliación de la red de bicisendas, y la nueva costumbre de venir al centro en auto, ya que no hay estacionamiento medido, ni carriles exclusivos produjo que la falta de transporte casi no se note.
En los días previos a la medida de fuerza de los trabajadores, se calculaba que se desplazaba en ómnibus el 15% de la gente que lo hacía habitualmente. Las pérdidas del sistema eran enormes, se calcula que se perdían unos ocho millones de pesos por día.
Será por eso que nadie parece tan preocupado, el transporte no funciona, la gente no deja de hacer lo que necesita a pesar de la situación y las arcas públicas dejan de absorber un déficit que claramente no pueden pagar, muchoi menos tras la estrepitosa caída de la recaudación. Bueno sería, que al menos el dinero se afecte al pago de los salarios atrasados.