"En ese debate vamos a ser claros: Rosario necesita un sistema de gestión estatal. La "nueva normalidad" va a exigir que -por razones sanitarias- los colectivos viajen con menos pasajeros, por lo tanto va a continuar habiendo pocos ingresos por corte de boletos, y necesariamente los distintos niveles del Estado tendrán que hacer una inversión mayor".
"Lo más razonable sería entonces que avancemos a un sistema en el que el Estado además de financiar el servicio, tome las decisiones sin interferencias de privados. Los recursos invertidos por la comunidad deben redundar en un servicio digno, y no ir a parar a un pozo negro (más bien amarillo) y a un servicio deficiente que no pudo resolver en décadas las necesidades de movilidad y transporte del pueblo de Rosario".
"Hasta ahora, las variables de ajuste para que le cierren los números a los privados, fueron las frecuencias y las condiciones de viaje. Es decir: el cuerpo de trabajadores y estudiantes, que son los principales usuarios. La "nueva normalidad" va a exigir un nuevo paradigma, en el que ganen los que perdieron hasta ahora".