Las amenazas y las situaciones violentas sobre viviendas se suceden a diario y los habitantes de esas propiedades, en la mayoría de los casos gente humilde y trabajadora, que pudo edificar su vivienda en la mayoría de los casos con mucho esfuerzo a través de los años se ve obligada de la noche a la mañana a abandonar su casa <construida la mayoría de las veces sobre terrenos fiscales> y salir casi con lo puesto, para intentar proteger su vida y la de su de su familia.
Algunos acuden a la Policía en busca de protección, pero es en vano, la mayoría de la veces los propios uniformados terminan sugiriéndoles que abandonen su hogar, ya que una vez apuntada la propiedad, difícilmente los narcotraficantes abandonen la idea de usurpar y la situación se va tornando cada vez más violenta. En el medio del debate, surgió que en el año 2019 solamente, el narcotráfico en la ciudad se apoderó de al menos 120 viviendas, la mayoría de ellas, asentamientos irregulares, villas de emergencia y barrios marginales.