La caída de marzo fue el retroceso de actividad más grande desde 2009, cuando la economía fue afectada por el conflicto entre el gobierno y la dirigencia agropecuaria, que paralizó la comercialización de granos justo en el período de la cosecha gruesa. Además, la actividad económica de marzo de este año también cayó fuerte con relación a febrero: 9,8%, según el Indec.
Por eso, se aguarda con expectativa los números que este lunes hará público el organismo que conduce Marco Lavagna: analistas estiman que la actividad habrá caído entre 20% y 25% en abril.
Sucede que en el cuarto mes de 2020 la economía estuvo prácticamente parada por la cuarentena: no se fabricaron automóviles, numerosas industrias estuvieron paralizadas, la demanda energética cayó y se paralizaron las obras de construcción. Sólo el sector de la alimentación y cierta actividad comercial se mantuvieron en actividad.
Durante la última semana, el FMI fue lapidario sobre cómo la pandemia terminará afectando a la economía argentina en 2020: para el organismo, el PBI local caerá 9,9%, y el país será uno de los más perjudicados en todo el mundo por la emergencia sanitaria.
Algunos economistas argentinos estiman que la caída será más estrepitosa: Juan Luis Bour, de la Fundación Fiel, pronosticó este fin de semana un derrumbe anual del 12%, el peor retroceso desde la Primera Guerra Mundial.